Encrucijadas del vampiro

sábado, 10 de marzo de 2012

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¿Cuan difícil es soportar la soledad que lo embarga?
Cuando el amanecer roza sus alas
y debe resguardarse bajo su lápida
en eterna espera del retorno de la oscuridad anhelada.

¿Cuanto placer es el que siente al llegar las sombras,
escapar de su bóveda y en ansiante vuelo
encontrar una víctima y… satisfacer sus ansias?

¿Puede compensar el deleite de incrustar sus garras,
desgarrar las venas y clamar su sed
hundiendo los colmillos en sangrantes gargantas
a la soledad que en algún momento confunde su maldecida ánima?

Puede…
La soledad de quien no tiene alma,
no es luz, no es maldición, no es un abrazo a la nada,
es su refugio…

donde se guarnece en espera se su próxima caza.

XXXVII

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Había dejado de existir el tiempo,
no era posible medirlo porque ya no transcurría,
se había detenido frente al dolor,
se movía lentamente
al latido punzante de la más terrible agonía.


Se desangraba el alma gota a gota,
ya no había donde mirar.
El dolor me carcomía.

XXXVI

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Mariposas azules se posan sobre tu almohada,
acarician tu rostro, suavizan tu mirada.
Lo que tu no sabes es que,
en una pequeña mariposa me he convertido
para poder acunarte en tus sueños
para estar contigo cuando estás dormido....

Ángel Herido

jueves, 8 de marzo de 2012

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Ángel que desgarraste tus alas por el dolor que te infringieron.
Deshojaste una a una tus plumas blancas hasta desnudarlas,
y a cada una de ellas una gota de sangre las tiñó de escarlata.

Abriste los cálamos en toda su envergadura,
te entregaste al rayo que al rugido del trueno
partió en dos tu corazón torturado.

Los tomaste entre tus manos mientras aún palpitaban heridos
y los elevaste al cielo en susurrante plegaria.

¡Os entrego lo que de mí queríais!
¡Dejadme morir al abrigo del sol!
¡Permitid que concluya mi agonía!

Y el cielo se apiadó de ti…
Tu último suspiro se convirtió en brisa marina.

En la distancia

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Atrapada en la distancia
ella anhela acariciar su alma…

Soñando entre las sábanas
el cáliz sagrado alcanza…
La soñadora a su soñador
en susurros al oído le habla.

Ella quiere dejar sus huellas grabadas,
en el contorno de su estampa.
Alcanzar su tallo…
Besar sus campos…
Lamer el rocío que baña sus montañas…
Rodear su cuerpo con sus piernas de agua…

Ella anhela sentir la fuerza
que pugna buscando su entrada.
Mecerse sobre la cresta
de la ola que lame sus playas.

Ella sueña bailar al son del vaivén
del péndulo que oscila en sus entrañas…
Bañar su vástago con esencia rielada…
Vibrar cuando su explosión
derrame ríos de lava
en el surco de su alma.

Ella sueña, tiembla, oscila, palpita.
Humedece la nada.
Y levita….

Cosas que pasan

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Cuando voy a hacer una cosa
siempre la inicio por la mitad,
la termino por el principio
y continúo por el final.

Yo no sé si a ustedes les pasa,
pero de tantas cosas que tenemos que hacer,
se nos mezclan las ideas,
y empezamos a hacerlas todas a la vez.

Y de tanto hacer varias cosas a la vez,
empiezo por la mitad de una
cuando por la otra voy por el final

Y de tanto mezclarlas entre comienzo, mitad y final.
Al terminar de hacerlas ninguna quedó trunca,
porque la mitad de una es de la otra el final
y ese final resultó ser el comienzo
de la primera que empezamos haciendo.

En el enredo de todas las cosas que hacemos,
al concluir la jornada, de una forma o de otra,
iniciando por el comienzo, por la mitad
o el final todas las cosas pudimos terminar…

A veces me pasa que cuando una cosa debo hacer,
nunca sé por donde comenzar.

…………………………..

Y como para muestra basta un botón,
como se darán cuenta en esta pequeña historia
la frase que iba al principio,
la terminé escribiendo en el final
y para no ser menos,
el final lo puse en la mitad…