XVII

viernes, 21 de noviembre de 2008

 


En una noche oscura podrás encontrarme,
y hasta el amanecer tendrás tiempo de amarme.
Solo cuando la luna asoma en el horizonte
puedo salir de la grieta que me oculta.


Envuelta en lóbrega niebla podré alcanzarte,
mis colmillos sedientos ansían posarse en tu cuello
rasgar tus venas, saciarme con tu sangre…

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