VII

domingo, 2 de noviembre de 2008

 


No encontrarás ningún sueño construido en mi pasado,
en mi presente solo verás la absoluta oscuridad.
Mi futuro lo encontrarás envuelto en la profundidad de las tinieblas.

Poco pueden espantarme tu negrura, tu rencor y tu odio.
Me alimento del lóbrego aliento de los que mueren de pena,
me regocijo en el tormento de quienes se me acercan.

La puerta está abierta…
Dudo que te atrevas a entrar…

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