XXIV

domingo, 14 de diciembre de 2008

 


Gritos…
Gritos mudos…
Alaridos desgarrantes brotan de mis labios, perforan mi garganta,
hasta estrellarse en los muros invisibles que me rodean,
resbalan por esas paredes de piedra como si se desangraran
hasta hundirme en su viscosa esencia.

Y yo sigo gritando, sin siquiera darme cuenta,
que nadie puede escucharme
porque soy solo una sombra envuelta en negra niebla…

0 comentarios: