
Cuando la tristeza me embarga.
Cierro los ojos y siento,
del océano el aliento
que mi energía recarga.
Huelo y absorbo su aroma
Su murmullo me emociona.
Las olas con su ir y venir,
no me dejan abatir.
Abro mis alas y vuelo,
voy recorriendo el cielo.
Y desde esas alturas,
miro las aguas oscuras
veteadas de blanca espuma,
rodeadas de densa bruma.
Y mi tristeza se esfuma.
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