Estaba en las olas de ese mar
que bañaba tu playa de espuma blanca.
Bullendo entre relámpagos de luna.
En la mirada reflejada en las aguas.
En el beso que te llevó el viento.
En las alas acariciantes de las taguas.
Acunándome en tus brazos,
deslizándome por tus palabras,
reptando sobre tu torso,
iluminando con luciérnagas tu vientre.
Solo estaba porque tú estuviste.
Iluminando con fulgores las sonrisas,
susurrando besos a la brisa,
regando el aire con aroma a margaritas.
Y en el céfiro del amanecer supe que estabas…