XXVI

jueves, 18 de diciembre de 2008

 


Las manchas que habitan en mis ojos
son los residuos de mis lágrimas.
Por más que me esfuerce en quitarlas
siempre enturbian mi mirada.

Son manchas negras, de dolor enlutadas.
Clavadas en mis pupilas cual dagas envenenadas.
desgarran mis ojos, los laceran y los hacen sangrar.

Pero una noche de luna llena
el amor vino a mi puerta tocar.
Solo bastó su mirada para mis manchas borrar,
y troncar su oscuridad en miles de estrellas
que hacen mi mirada brillar.

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