Danza de pasión

Mi murmullo aferra tus manos sobre mi vientre.

Las palabras quedan mudas entre tus labios y los míos.

Nuestros cuerpos serpentean, danzan a son del baile

que inunda nuestras almas de pasión.

Mi piel se eriza en la caricia de tu aliento.

Los vibraciones se aceleran.

Los suspiros se eternizan.

Nos perdemos en mares de lujuria.

Tiemblan las piernas al rozarse.
Se hacen eco los gemidos al besarse.
Se derrama la miel al penetrarse,
explotando en orgasmos celestiales.

XXIV

Gritos…

Gritos mudos…

Alaridos desgarrantes brotan de mis labios, perforan mi garganta,

hasta estrellarse en los muros invisibles que me rodean,

resbalan por esas paredes de piedra como si se desangraran

hasta hundirme en su viscosa esencia.

Y yo sigo gritando, sin siquiera darme cuenta,

que nadie puede escucharme

porque soy solo una sombra envuelta en negra niebla…

Corazón vacío

Éramos uno solo, unidos en cuerpo y alma.
Éramos sueños alcanzables,
éramos todo… todo lo imaginable.

El tiempo jugó y se burló de nosotros,
poco a poco el silencio cayó como un pesado telón.
Todo se fue haciendo más lejano,
no hubo forma de reencontrarnos.

Y si bien yo callo, tú nada dices.

Y ese silencio es el que ahora nos lastima.
Deja mi corazón vacío y mi alma en el olvido…

XXIII

Caballeros de capa y armadura,

recorriendo los bosques en su corcel negro,

donde los árboles son el amor en poemas
y sus ramas se visten de versos que aman

Damas soñadoras y lánguidas,

reclinadas sobre el balcón
que guarda las palabras,

tratando de dar vida a las letras,

de imprimirlas de sentimientos

para a su amado regalarlas...