II

viernes, 31 de octubre de 2008

 

Hay momentos en los que el pecho es solo un nudo apretado,
donde quieres dar tu mundo por finalizado,
donde no encuentras la salida ni ves el sol,
solo hay oscuridad, sombras, dolor...

La niebla más densa lo oprime todo,
y todo duele... duele...
y dolor no se detiene...

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